Aprobado por la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) en el 2008, se comienza a utilizar la herramienta que, creando perfiles esteroideos y sanguíneos a través de la recolección de muestras de orina y sangre, respectivamente, cuantifica y reúne parámetros fisiológicos de los deportistas en el transcurso del tiempo.  

A través de los parámetros entregados al analizar las muestras de los atletas y aplicando un algoritmo matemático –el modelo adaptativo-, se va construyendo un perfil longitudinal y se va estableciendo de manera cada vez más precisa un intervalo de valores (límite inferior y límite superior), entre los cuales deberían moverse los parámetros fisiológicos de cada individuo. En el caso que exista una variación o desviación de un marcador, fuera del intervalo establecido, se puede asumir que existe dopaje.  

¿Cuál es la principal ventaja de esta herramienta?

Es que mientras los controles de orina sólo detectan la presencia de las sustancias prohibidas, el pasaporte biológico descubre sus efectos y permite la observación de las modificaciones que se producen en el cuerpo humano. La precisión de la herramienta, según especialistas, es de un 99,99% en dopaje sanguíneo.