Desde los orígenes de la especie humana la actividad física ha desempeñado un papel fundamental en su vida cotidiana, tanto individualmente como colectivamente. Gracias a los movimientos que le permitía realizar su aparato locomotor, la capacidad de caminar, correr, trepar, nadar, entre otras, características innatas de los primeros homos africanos hace más de 500.000 años, se inició un proceso evolutivo en el cual la movilidad y los desplazamientos fueron un factor esencial de desarrollo.

Con el transcurso del tiempo, la actividad física adquirió mayor complejidad y organización, hasta encontrar en estos tiempos diferentes expresiones, como la danza, las luchas, la recreación y, finalmente, el deporte, que representa una forma regulada de actividad física.

Actualmente, la sociedad ha reconocido en todas las expresiones de actividad física y del deporte, el rol de vehículo valórico que juegan, su contribución a la salud y a la integración de las personas, sin ninguna distinción. Estas características han llevado a diversas organizaciones internacionales y a gran cantidad de países a designar estas actividades como un DERECHO FUNDAMENTAL.

Carta internacional de la educación física, la actividad física y el deporte

Todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física, la actividad física y el deporte sin discriminación alguna, ya esté está basada en criterios étnicos, el sexo, la orientación sexual, el idioma, la religión, la opinión política o de cualquier otra índole, el origen nacional o social, la posición económica o cualquier otro factor.

La actividad física y el deporte como un derecho humano